El Mirador de los Jesuitas es una caminata de montaña que no muchas personas conocen en la zona.
Es ideal para los amantes de la soledad en la montaña, incluso en temporada alta. El sendero comienza en el Lago Guillelmo con sus hermosas aguas cristalinas. Durante la primera hora de senderismo atravesamos un bosque frondoso y exuberante, seguimos un arroyo y luchamos con la caña Colihue que crece por todas partes.
Habiendo ganado algo de altura, tomamos un descanso disfrutando la vista del lago. El sendero se cierra un poco, signo de no ser muy transitado, las arbustivas intentan detener nuestro avance. Llegamos a un afloramiento rocoso ideal para almorzar una rica vianda que les brindamos.
Luego continuamos ganando altura hasta llegar a un viejo bosque de Lengas. Desde este punto se gana perspectiva del imponente valle donde estamos; es un amplio valle de origen glacial cubierto por una manta densa y verde, la vista es increíble. Aquí el ascenso se vuelve más suave y el progreso se hace a un mejor ritmo.
Es posible encontrar diferentes especies de pájaros carpinteros tallando los troncos. A los 1640 metros de elevación los árboles se convierten en arbustos y luego desaparecen, hemos ganado el terreno Alto Andino. Para alcanzar la cumbre se asciende por una ladera rocosa que en ocasiones, dependiendo de la temporada, suele tener algo de nieve.
Una vez en la cima el monte Tronador aparece imponente y majestuoso en el horizonte hacia el Oeste, sus glaciares y tres cumbres se lucen bien por encima de los restantes picos de la Cordillera de Los Andes. Es hora de las fotos!
El descenso se lleva a cabo siguiendo la misma ruta de ascenso y una vez llegados al punto de partida seguimos hasta las costas del Guillelmo para un relajante baño en las tranquilas aguas del lago.