El Monte Tronador es probablemente el pico más espectacular en la región. Su nombre deriva del sonido similar a truenos que producen los pedazos de hielos o “zeracs” que caen cientos de metros por las escarpadas paredes de la montaña, estos estruendos a veces se logran escuchar desde la ciudad de Bariloche. Pampa Linda es el valle principal a los pies del Tronador y ofrece unas vistas impresionantes de la montaña. Allí encontramos muchas oportunidades para realizar caminatas de distintos niveles de exigencia. A pesar de ser una zona que recibe muchos turistas en temporada alta, es sencillo encontrar senderos poco transitados como la ascensión a la Piedra Pérez y/o el Mirador del Valle. Ambas caminatas ofrecen vistas hermosas del Ventisquero Negro, de los glaciares y del amplio valle que serpentea hasta el Lago Mascardi. Antes de dar por concluido el día, una rápida visita al Saltillo de las Nalcas, ahora sin turistas revoloteando, ofrece el clima de relax y conexión total con la naturaleza. Pampa Linda se vacía de turistas luego de las 17hrs y es el lugar ideal para recostarse y disfrutar del atardecer sobre el Tronador viendo cómo los colores tiñen los glaciares y las primeras estrellas aparecen en el cielo. Para alojarse hay varias opciones, la Hostería Pampa Linda es ideal, otra opción es el Refugio que brinda esa atmosfera de montaña especial o también el camping para los enamorados de la noche en carpa.
Por la mañana comenzamos la ascención temprano, tomamos el sendero al Refugio Otto Meiling donde podremos acercarnos a los glaciares del Tronador. El ascenso sigue un sendero bien marcado hasta la Almohadilla sitio donde la vegetación comienza a escasear para luego desaparecer. Luego de tres horas de ascenso por bosque de Coihues y Lengas, el entorno se vuelve rocosa y más hostil. Los glaciares colgantes quedan a nuestros lado y seguimos un filo volcánico hacia el refugio. Una vez que llegamos al refugio Meiling es el momento de tomar un buen descanso, disfrutar del almuerzo y de las vista lindísimas que ofrece este páramo de alta montaña. Aquí podes apreciar el vuelo de Cóndores que utilizan los acantilados para practicar su planeo perfecto.
A media tarde comenzamos el descenso por el mismo sendero, con nuevas perspectivas y más descansados, disfrutamos de cada detalle del entorno que nos rodea. Tres horas más tarde nos encontramos de regreso en Pampa Linda listos para elongar esas piernas cansadas pero con el espíritu en alto luego de un desafiante hermoso día en la Cordillera de Los Andes.
El regreso a Bariloche suele tomar unas dos horas, buena oportunidad para dormir una siesta y descansar de la actividad.
Aquellos que desean una caminata menos exigente, el segundo día pueden realizar el trekking al Mirador del Glaciar Castaño Overa. Este itinerario es de unas seis horas entre ida y vuelta, nos lleva por un antiguo bosque de Coihues hasta la base de un “circo” glaciario donde “cuelga” un glaciar y despide sus pedazos de hielo por los acantilados verticales cientos de metros. Cascadas larguísimas se desprenden de la altura creando un escenario impactante y hermoso. Sin duda una alternativa ideal para caminar un día entero en la montaña sin forzar las rodillas.
Opcional: Extender este viaje dos días más para su vinculación con la travesía de Paso de las Nubes, descendiendo hacia el Lago Frías y tomar el barco de vuelta a Bariloche.